POCO a poco se le toma el pulso al abulense Borja Jiménez, lo cual no es fácil, porque adopta unas decisiones que no parecen muy ortodoxas a la hora de confeccionar alineaciones y plantear los partidos. Pero no es menos cierto que es el que más cerca está de la plantilla y nadie se tira piedras contra su tejado. Concedamos, pues, el beneficio de la duda.
Apuesta por los sub23 Después de diez partidos. Siete de Liga, uno de Copa y dos amistosos. Con dos meses cumplidos desde su desembarco, es perfectamente evaluable. Es verdad que a los políticos se les concede 100 días, pero la diferencia es que estos lo hagan bien o mal disponen de cuatro años. En el caso de los entrenadores, tanto tiempo es una eternidad.
Si hubiera que ponerle nota al castellano no pasaría del bien o sea un seis. No es un suspenso, pero sí que necesita mejorar. Una cosa está muy clara, que su apuesta por los sub 23 es evidente y no le ha temblado el pulso para dejar en el banquillo o no convocar a los pesos pesados como son Verza, Cordero, Quim Araujo o Santi Jara. Como mínimo en sus alineaciones suele haber tres jugadores jóvenes en el once titular, así ha sido en los últimos.
Solo en Badajoz inició con uno (Álex Martín) y se le unió Carrasquilla. No contamos el amistoso con el CSKA donde llegaron a estar seis sobre el césped al mismo tiempo. Frente a la Balona jugaron de principio Álex Martín, Lucas de Vega, Coco y William.
Repitieron en Algeciras, sin el extremo, que se quedó en Cartagena con molestias. En los dos últimos encuentros la media de edad del once inicial de los albinegros fue de 25 años.
Y sin ir más lejos en el Nuevo Mirador solo hubo un jugador mayor de 30 años (Cordero). Pero la recuperación y puesta en escena de los “veteranos” entiendo que es una tarea ineludible para elevar aún más la exigencia de la plantilla, para cuando lleguen los momentos decisivos.