La situación comienza a ser desesperada
EFESÉ: A OCHO DE LA SALVACIÓN
Tras la victoria ante el Huesca, era normal que los ánimos de todos, incluidos los jugadores, subieran enteros; pero dos jornadas después el Efesé vuelve a la cruda realidad, que no es otra que la de un colista, ganado a pulso. Ante el Almería una reacción de diez minutos hizo pensar en algo más que una nueva derrota. Otra vez el VAR se empeñó en impedir que al descanso los albinegros se fueran 2-1. Y por tanto, ante el mejor equipo de la categoría, no era difícil esperar que al menor error llegaría un gol…y llegó. Se juntó el fallo esperpéntico, uno más, del montenegrino y que el balón le cae, al pichichi de la categoría, Luis Suárez y no perdonó. El resto fue que el tiempo transcurriera, porque la inocencia del Efesé es notoria. Y el colmo de los horrores llegó en Ipurúa. Se vio una vez más la peor versión del equipo, ante un rival tocado después de sumar tres derrotas en cuatro partidos, que aprovechó la balsámica visita del peor equipo del grupo. El resultado fue 1-0, pero la “culpa” de ello la tiene una vez más Pablo Campos, que evitó no menos de tres goles a quemarropa y también del VAR, que por fin una vez (claro que no hacía falta) se alineó con el Cartagena, para anular el 2-0. Si bien el de la sala VOR no vio un pisotón a Escriche, al estilo de Cubarsí ante Las Palmas, ni un empujón descarado en el área, en el único córner que sacaron los albinegros, también del estilo del que sufrió Pau Víctor, aunque con menos sí le señalaron uno a favor a Rudiger. Pero anécdotas arbitrales al margen, este equipo no tiene remedio; porque la plantilla es corta y de mala calidad, que con solo 17 partidos jugados está a ocho de la salvación. Que nadie espere un nuevo “milagro”, porque de donde no hay, no se puede sacar.