El Cartagena se presentaba en Murcia, para enfrentarse a su más directo rival, en las mejores condiciones posibles. Líder del grupo y con una ventaja de seis puntos sobre el segundo y ocho al quinto. Duplicando en puntuación a su adversario.
Era favorito, si es que en un derby de alta tensión y en campo adversario se puede tener esa condición.A la hora de la verdad se demostró que ganó el que jugó mejor sus bazas El equipo pimentonero las agotó todas. Acompañado en el gol tempranero, cerró filas en torno a su portería, no escatimó esfuerzos y se dejó la piel en el campo. Por contra los de Munúa sumaron errores en defensa, en medio campo y especialmente en el momento de culminar las jugadas.
No hay excusas para una derrota dolorosa y que abre heridas entre la afición y plantilla. Los albinegros perdieron casi todos los duelos y llegaban siempre mal y tarde al balón dividido. Para colmo el banquillo (Munúa se autoinculpó de la derrota) no estuvo nada fino. Ni con los cambios, ni tampoco con sus vaivenes a la hora de posicionar a sus jugadores.El supenso fue colectivo y no deja de ser una cura de humildad. En Segunda B no se gana sin bajar del autobús.
Esta derrota, dolorosa moralmente sobre todo para la afición, supone que Badajoz y Marbella que se habían quedado a seis puntos, vuelven a estar a tiro de piedra y el próximo rival el Yeclano llegará muy crecido con su estreno como equipo de play off e invicto en La Constitución. El quinto, San Fernando, está a seis y acorta distancias el Córdoba, pese a sus dificultades económicas que ha sumado tres victorias seguidas y ya está a siete puntos de los albinegros.