Jueves 28 Noviembre 2019 | Visto: 12 veces | Versi�n Imprimible
El jueves 5 de diciembre, a las 18.30 horas, el Teatro Circo Apolo de El Algar se llenará de luz y color con el musical ‘El Mago de Oz’ de la mano de la compañía Mundi Artistas, que ganaron el Premio de Rojas 2012 a la mejor producción familiar.
Las entradas tienen un precio de 12€ y 14€. Se podrán adquirir en taquilla los miércoles de 18h a 20h y en www.teatrocircoapoloelalgar.es
Ocho años de recorrido y más de 2.000 funciones atestiguan el éxito de esta versión del clásico de L. Frank Baum que sigue presente por igual en los corazones de padres, madres, abuelas, abuelos, niños y niñas. La aventura de Dorothy para volver a Kansas contiene todas las claves del clásico, sus símbolos y sus valores, pero a su vez explora nuevos caminos para acercarse al exigente público del siglo XXI.
Porque, en esta versión, nada es lo que parece: el Hada Glinda es tan torpe como efectiva, la Bruja del Oeste es bastante neurótica, el León sin valor parece una versión animal de Tony Manero, el Hombre de Hojalata tiene complejo de Clint Eastwood, y el Espantapájaros tiene la memoria de un pez y la inocencia de un niño. A través de estospersonajes, la historia pretende humanizar la magia y atender las necesidades del público adulto, eterno olvidado en este tipo de espectáculos, para que toda la familia disfrute de una experiencia compartida.
Esta mezcla de teatro moderno con el teatro familiar se hace patente a su vez en la puesta en escena, utilizando proyecciones audiovisuales y una sencilla escenografía que centra la atención en lo más importante: los actores. Un excepcional departamento de caracterización y vestuario ayuda a que Oz resulte más palpable y tridimensional que nunca.
Todo ello conjuga un musical que se adapta a todo tipo de espacios y ofrece precios populares sin renunciar a una historia emotiva y llena de humor para toda la familia. Un musical que ha visto compensada su osadía con un público fiel y que, aun hoy, pasado más de un lustro desde su estreno, consigue mantener la ilusión tanto fuera como dentro del escenario. Y eso, al final, es la mayor recompensa que puede dar el teatro.